Sin exagerar, se podría afirmar que hay un vestidito blanco para cada una.
“Para el día, el blanco queda divino en fibras naturales como lino y algodón. Para la noche, en seda o en tejidos como voile, organza y gasas. También, se llevan las transparencias en mangas y escotes para agregar sensualidad sin revelar demasiado. Un vestido holgado de breteles finos o de silueta trapecio son siempre clásicos”. ¿Los complementos? Accesorios en tonos grises, peltre o tonos crudo .Unas buenas sandalias rojas le dan un toque muy sexy.
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